La Rótula es el hueso que se encuentra en la parte frontal de la rodilla, es como un punte o un conector porque a ella llega el tendón del cuádriceps y sale el ligamento rotulado que la une a la tibia. Esta conexión que se produce en ese lugar juega un papel muy importante en nuestras actividades diarias porque funciona a modo de polea y palanca, para la distinción y extensión de la rodilla por eso su Luxación puede significar muchos inconvenientes para el paciente.
¿Qué sientes cuando se produce una Luxación de Rótula?
Una vez se produce la Luxación, ya sea por traumatismo o huperlaxitud sentirás un dolor agudo (Se dice que es una de las lesiones de rodilla más dolorosas), perderás la estabilidad, no podrás doblar la rodilla y se verá deformada, por el la Luxación se puede ver a simple vista; en algunos casos la persona instintivamente estira la rodilla y la Rótula vuelve a su lugar pero eso no quiere decir que todo esté bien.
¿Qué debo hacer cuando la Rótula sufre una Luxación?
Existen dos posibilidades, un tratamiento ortopédico o uno quirúrgico, esto depende mucho del tipo de lesión, que estructuras se afectaron y cómo se encuentran en el momento de realizar los exámenes. El primer paso siempre será inmovilizar, manejar el dolor y disminuir la inflamación.
El manejo ortopédico implica sesiones de fisioterapia para fortalecer los músculos y todas las estructuras que ayudan a que la Rótula no se salga de su lugar, de esta manera podemos prevenir que se produzca nuevamente. Si es necesaria una cirugía, normalmente se reconstruirá el ligamento afectado y su recuperación es un poco más larga.
Se estima, aunque no es una regla general, que si la Luxación se dio por una hiperlaxitud la recuperación puede darse entre 6 a 8 semanas y si es por un golpe entre 3 a 6 meses. En todo caso, el trabajo fisioterapéutico tiene un rol muy importante en la recuperación, su éxito depende mucho de la constancia y trabajo del paciente.
¿Se puede prevenir?
No es una lesión de fácil prevención. En los deportes hay que cuidar no hacer cambios de dirección rápidos con el pie fijo en el piso. También es importante realizar ejercicios de fortalecimiento del cuádriceps y propioceptivos para ganar mayor control de los movimientos al realizar cualquier tipo de deporte y utilizar rodilleras si así lo recomienda el médico.
